Devocionales

Reflexión: Mensaje dirigido a una audiencia especifica (las mujeres) que también se encuentra en una situación específica, y es la de dar una batalla de fe, desde la plataforma de la conducta. 

Conducta se refiere a una manera de comportarse y es que, ciertamente nada hay que hable más de nosotros que nuestra manera de actuar frente a las circunstancias. Al ser humano no lo define lo que pasa afuera de si, mas lo define como responde a lo que pasa afuera. En otras palabras, es lo que llevo adentro, lo que va a definir mi estilo de vida y la respuesta frente a los eventos o al entorno que me rodea. La biblia lo expresa de esta manera: “Es más fuerte el que está en mí que el que está en el mundo”

Y nuestra paz, nuestra tranquilidad no depende de circunstancias externas, mas solo depende de lo que yo ya tengo dentro de mí, se es o no se es, lo tengo o no lo tengo, Con lo que no quiero decir que no puedo ser, o que no lo puedo obtener, es solamente que si no lo tengo debo buscarlo.

Las mujeres que me leen hoy, pueden sentirse halagadas al ver que el buen Dios pone énfasis en su comportamiento y les da una clave para que puedan sacar adelante sus relaciones de pareja y ganar al marido. La biblia deja claramente ver que Dios se interesa vivamente por la mujer, muy pocas veces Dios le da instrucciones tan precisas al hombre, como si se las da a la mujer acerca de muchas cosas.

En este caso, parece que Dios entendiera que tan importante es para la mujer que su marido le sea de cobertura y que la vean con él en la iglesia y que juntos hablen el mismo idioma de fe. Si uno va a las iglesias hoy día, se dará cuenta de que el número de mujeres es normalmente mayor que el de hombres y esto obedece al hecho de que como un condicionamiento cultural, los hombres hemos creído que la carga de la vida espiritual del hogar y de los hijos es de la mujer; nada más alejado de la realidad. No es así para Dios, es en el hombre en quien recae el sacerdocio y el peso de la carga espiritual del hogar. 

La relación de Cristo como el novio y la iglesia como la novia, nos da a conocer fácilmente ese principio.

Con todo eso, hoy la biblia nos dice que la mujer podrá ganar al marido incrédulo, sin palabra, es decir solamente con sus hechos, su conducta. Pensemos por un momento cual podría ser una conducta de la mujer para ganar a su marido para la fe. ¿Se trata de hablarle de Cristo? Recuerde que dice, sin palabra. Entonces es válido pensar que se trata de presentar a Cristo. Una actitud gentil, sobria, de amor y sujeción, aunque el marido no esté en la fe, llevara al hombre incrédulo a darse cuenta de que en el evangelio la persona es transformada, el será invitado, sin palabras a hacerse participe de esa transformación. La mujer que ora, que es fiel a Cristo y devota en sus deberes como esposa, que cubre a su esposo en oración mientras este no ha llegado al Camino, que sabe orar por sus hijos y alentar también desde sus rodillas a su esposo, esa mujer indudablemente ganara a su esposo. Nunca el presumir nuestra fe frente a otra persona o el reclamar la falta de fe de alguien podrá conducir a dicha persona a la fe, más el animarle desde la suave perspectiva del ejemplo, eso sí que da resultados. Le invito amada lectora a que persista en la buena conducta, a que no se canse de hacer el bien y a que se dé por enterada que su conducta podrá alcanzar más resultados que sus palabras.

Vea 1 Corintios 7:16