Devocionales

Reflexión: Este es un salmo de David, un canto que a la vez es una petición de su corazón al Dios altísimo, al Dios de Israel al cual el servía. 

David hablaba de lo que conocía de Dios, desde su conocimiento del Dios único y verdadero. Pedía David que la misericordia de Dios fuera extendida, esto quiere decir alargada, elongada, que fuera más allá de la medida natural de misericordia que el conocía. La biblia dice que Dios es lento para la ira y pronto para la misericordia, David sabia eso. También sabemos que la misericordia de Dios es nueva cada mañana, que su misericordia es para siempre, entonces, ¿porque pedía el salmista que fuera extendida?

¿No fue la cruz una manifestación tangible de la gran misericordia de Dios? ¿Sería válido decir que allí podría haber muerto la misericordia? Lo digo porque conocemos que fue el más tremendo acto de desprendimiento, el más grande acto de amor y quizás podamos pensar que después de eso no hay nada tan grande, pero conviene pensar dos veces. 

Nuevas son cada mañana sus misericordias, de esa manera se extiende la misericordia, quiero decir que el verbo extender puede ser interpretado en este caso, como dar (te extiendo el permiso) o como alargar, (te extiendo el castigo) entonces para algunos, la misericordia será hoy, extendida, es decir dada y para otros será extendida, es decir alargada. 

Los que se arrepienten son participes del primer significado y los que aún no lo hacen son participes del segundo significado, por ellos aún espera Dios. Indudablemente este texto habla de las personas que he nombrado en el primer grupo, los que se arrepienten. Cuando el ser humano se arrepiente, su corazón empieza a ser transformado y necesariamente tendera a conocer a Dios, porque cuando recibimos un regalo nos volcamos hacia aquel que nos regala.

Yo le invito a que se comprometa a fondo con su propia vida, para que el regalo de la vida no sea desperdiciado en usted, métase a fondo con Dios, búsquelo, interésese genuinamente por conocerlo y gozara no solo de misericordia sino también del poder de Dios, derramando sobre usted por misericordia y a favor suyo siempre y eso es suficiente para una vida plena.

Vea Jeremías 9:24 y 2 Crónicas 16:9