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Pastor. Pedro Gonzalez
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jueves, 18 de mayo de 2017

Jueves 18 de Mayo

Filipenses 4:1 "Así que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en El Señor amados".

Reflexión: Dice la misma escritura que el que crea estar firmes mire que no caiga. En el texto que hoy nos ocupa, el apóstol de los gentiles (Pablo) nuestro apóstol, nos exhorta de una manera especial. Nos llama amados y deseados. Eso somos para Cristo, recuerde que, aunque es el apóstol el que escribe, es el Espíritu Santo quien lo inspira, así que reciba esta palabra de parte de Dios. Somos amados y deseados. En Cristo hemos recuperado identidad de hijos. Cualquier padre o madre que me lea, sabrá lo que es esperar a un hijo deseado; se cuentan los días, se hacen citas al medico, se planea la llegada, se compran cuna, panales, ropa, mecedora, juguetes, se alista su primer ajuar, se sueña con el momento mismo en que llegue a este mundo. No sé si alguien me copia, pero así como se desea la llegada de un hijo, así nos desea Dios, así nos desea Cristo y así debemos también nosotros desear parir hijos en el evangelio; con amor, haciendo planes para ellos, esperando el momento mismo del parto, que, aunque doloroso, traerá mucho gozo a nuestra vida. Nos gozaremos en su crecimiento, en sus primeros pasos, esperaremos a que balbucee nuestro nombre, nos deleitamos esperando que nos diga papa, o mama. 
Para Dios somos verdaderamente deseados, porque El ya nos imaginó, nos pensó desde antes de la fundación del mundo, así que el momento de nuestro nacimiento espiritual, es decir cuando recibimos a Cristo como nuestro Señor y salvador, es para Dios un momento anhelado. 
También nos dice la escritura “gozo y corona mía” no podemos asegurar a cuál de todas las coronas se refiere el apóstol Pablo en este escrito. Quizás es la corona incorruptible de 1 Corintios 9:24-25 o la de regocijo de 1 tesalonicenses 2:19 o será la de justicia de 2 Timoteo 4:8. No hemos nombrado todas las coronas, pero sin duda en estas que nombramos se halla esa de la que nos habla el apóstol en el versículo que hoy nos ocupa.
El texto nos dice algo muy interesante: “Estad así firmes en el Señor” y es que las coronas no caen de la cabeza del rey. Si es que cada creyente nuevo que ganamos es una corona en el Señor, entonces conviene empezar a ganar más almas para Cristo, no se usted amado lector, pero yo si quisiera tener muchas coronas para entregar, para arrojar a los pies de Cristo. Haceos tesoros en el cielo dice la biblia, allí ni el orín ni el hollín corrompen, allí el ladrón no mina ni hurta. Ese es el gozo del creyente, ganar almas y verlas crecer y desarrollarse en El Señor. 
Quiero despedirme hoy con una pregunta amado lector, ¿tiene usted amor por las almas? ¿Es su gozo ganar a alguien para el Señor? ¿Está usted en unidad de espíritu con el creador? ¿Le interesa a usted lo que le interesa a Dios? ¿sabe que le interesa a Él? Yo le digo, a Él le interesan las naciones, y en las naciones las almas. Esa es la prioridad del Dios altísimo, ¿Cuál es la suya?
Vea Filipenses 1:8 y 1:27 

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